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Hoy 8 de Septiembre se celebra en Pamplona el Privilegio de la Unión. De un plumazo, hace 591 años, el Rey de Navarra Carlos III “El Noble”, decide cortar de raíz las relaciones complejas de los tres Burgos o jurisdicciones de Pamplona, juntándolas en una sola, con un único escudo, un único ayuntamiento y unas únicas rentas…

Navarrería, San Nicolás y San Cernin, con el paso de los… siglos, dieron paso a otros barrios hasta la Pamplona de nuestros días. Las murallas caerían después aunque afortunadamente no del todo para gozo de todos con su magnífico proceso de recuperación con el programa FORTIUS.

Hoy vivimos como si no existiera el pasado, y a veces como si tampoco fuera a haber futuro, pero teniendo claro que nos encontramos en una fase más de la historia, no es menos cierto que algo muy profundo está revolviendo los cimientos… de todo.

En lo que concierne a las relaciones empresa – cliente, hace tiempo que las nuevas tecnologías eliminaron las murallas que los podían separar, y aquellos que han sabido ver a tiempo no tanto la importancia de su producto (que por supuesto…) como la de llegar, servir y atender las demandas de sus clientes, el eje central sobre el que todo debe girar, tienen mucho camino avanzado en esta dura senda de la competitividad.

Este importante aspecto que puede verse imprescindible para la gran empresa, lo es y lo va a ser cada vez más para todo tipo estructura empresarial, independientemente a su tamaño.

Hoy podemos interactuar con nuestros clientes en tiempo real, y debemos hacerlo si queremos coger esa ola del cambio que está en plena fase de ascenso hasta su cresta. Sólo llegados a ese punto podremos surfearla con valentía y seguridad, evitando nos arrastre como un tsunami.

Pero hay mucho camino por recorrer: Todos los empleados y partes implicadas deben tener clara esa premisa de orientación hacia el cliente y la producción debe estar orientada hacia él.

Un ejemplo: Los que llevamos ya muchos años en este sector del Seguro, desde una u otra parte de la barrera venimos escuchando lo del lenguaje poco claro del Seguro. Es algo recurrente y al parecer inmutable. Quizás sea un problema cultural, pero uno empieza a estar cansado de tanto tonto tópico que si es que no se pretende cambiar, al menos no nos vendan lo contrario.

Problema cultural existe claro que sí, pero nuestra obligación hoy es la de SABER LLEGAR a nuestros clientes trasladándoles nuestra EXPERIENCIA y recogiendo la suya para aprender de la misma.

Hoy es posible y más sencillo de lo que pueda parecer. Este humilde blog quiere ser un complemento y apoyo de esa nueva estrategia en la que intentaré plasmar mis reflexiones hacia un puerto al que espero llegar con el máximo número de acompañantes posible.

Les iré contando poco a poco esas etapas de este apasionante viaje. Quédense de momento con el título de esta entrada de hoy.

Por cierto, hoy 8 de Septiembre, también hace exactamente 25 años que fallecía mi padre, y mi especial recuerdo va en este artículo allá donde se encuentre.