Se habla mucho de nuestra capacidad para ser multi-tarea y de cómo podemos abarcar más. Lo que siempre recomendamos es analizar uno mismo aquellos obstáculos que día a día nos hacen ser menos productivos. Te queremos ayudar así que aquí van los nuestros.
Los enemigos de la productividad
No hay Objetivos claros
Se necesita un objetivo. Sin un objetivo, no hay nada a que aspirar. Sin metas, simplemente irás a la deriva, sin capacidad de reacción. Las metas son lo que te permiten ser proactivo y tomar la iniciativa. Sin metas, acabarás muy ocupado sin ser productivo.
No tienes un Plan
Un plan escrito bien pensado es el mapa que guía tus acciones. Sin un plan para alcanzar tus metas, las acciones que ejecutes no te van a llevar a donde quieres ir.
No tienes una Lista
Necesitas una lista maestra de cada proyecto, con todas las tareas y cada pieza de información que entra y que necesitas para poder tomar decisiones.
No hay Revisiones
Una vez a la semana (como mínimo), debes repasar y evaluar tus prioridades para poder ajustar tus planes. Si no lo haces, malgastarás mucho más tiempo cambiando eventos en el calendario y no podrás avanzar en tus actividades más importantes. De hecho, dejarás de acordarte de cuáles son tus prioridades.
Sin Tiempo
Sin una buena revisión semanal estarás bloqueando el tiempo que necesitas para tomar una decisión sobre tus prioridades más importantes. Si no toma el tiempo necesario para planificar tu semana, otros si lo harán y planificarán su semana por ti.
Comprometido con todos
Cuantos más compromisos peor salen las cosas. Estando demasiado comprometido es decirse que todo importa y que todos esos compromisos ocupan la misma importancia en tu limitado tiempo. Por el contrario, si no hay compromiso alguno no habrá pasión ni fuego para hacer las cosas.
La dilación
Ser productivo es la adopción de medidas para lo más importante. Posponer las cosas cuando se sabe lo que hay que hacer, pero no estás lo suficientemente inspirado como para tomar medidas o no es lo suficientemente disciplinado para hacer el trabajo que es necesario. Cuando estás comprometido con metas significativas, incluso las acciones más rutinarias se hacen.
Quemado
Sólo se es productivo cuando se tomas el tiempo necesario para reiniciarte y recargar. Cuanto más tiempo pasas inmerso más tiempo necesitarás para recuperarte. Nos quemamos cuando no cuidamos del único Activo real que tienes, tu mismo.
Incapacidad para decir No
Decir no a las cosas pequeñas es la forma de conservar tu tiempo para las cosas importantes. Sin la capacidad de decir no, las prioridades de los demás desplazarán a tus verdaderas prioridades.
Como ves, seguro que muchos de estos enemigos de la Productividad te suenan y a algunos de vosotros se os ha ido la mirada al infinito imaginándose en estas situaciones.
Aunque también puede haber otros enemigos, si no nos los cuentas en comentarios no lo sabremos nunca!!! Nos encantará leerlos y enriquecernos todos.